En 1990, con la plataforma de la Fundación Ushuaia Turística, propuse capitalizar al máximo el extraordinario recurso de altísima valoración internacional que disponemos en el Canal Beagle y en el Atlántico sur, a través de una convocatoria gastronómica de alto impacto.

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La iniciativa tuvo una muy entusiasta adhesión, fue declarada "De Interés" por la Municipalidad de Ushuaia, por el Concejo Deliberante, entidades nacionales y  tuvo una interesante cobertura de prensa

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La idea consistía en:

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• Un evento de una semana de duración, a realizarse en temporada baja

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• Cada día de la semana (de lunes a viernes) dedicarlo a determinado país con tradición y prestigio gastronómico en materia de frutos de mar (España, Portugal, Francia, Chile, Italia, Argentina, etc)

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• Invitar a un reconocido Chef de cada nacionalidad para que en el día de su país, elabore alguna de sus especialidades en base la los insumos locales. Particularmente la centolla.

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• Designar un espacio principal donde cocinaría el Chef invitado, y convocar a los restaurantes locales que deseen sumarse, dedicando ese día al país de turno (eventualmente con receta sugerida por el Chef invitado).

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• Invitar a importantes bodegas argentinas y de estos países a patrocinar, exhibir y comercializar sus productos (aprovechando la exención de impuestos)

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• Invitar a pesqueras locales y patagónicas para ofrecer su productos a público e importadores internacionales (excluyendo la centolla, dedicada exclusivamente al consumo local)

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• La idea era, organizar en forma paralela un workshop/show room para juntar importadores con exportadores (y que ellos también ocupen camas y servicios en temporada baja)

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• Ofrecer cursos (pagos o patrocinados) a Chefs locales y público en general por parte de los Chefs invitados

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• Cada año y por turnos, dedicarle la Fiesta de Cierre a uno de lo países invitados, que tendría a su cargo la la organización de la fiesta con apoyo de sus colectividades locales, embajadas y/o patrocinantes 

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• Algunas embajadas y consulados consultados mostraron un auspicioso interés inicial

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Se dieron tres factores que pusieron en vía muerta el proyecto: Dos institucionales y uno por intereses económicos.

Los institucionales, dado que investigadores y autoridades de Recursos Naturales veían con preocupación la escasez de centolla, se dispuso una vedada prolongada que sacaba de juego al producto estrella.

En el orden económico, las centolleras se opusieron porque la idea propiciaba limitar la exportación y capitalizar el recurso para consumo local como fuerte atracción turística.

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