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Defensa del Proyecto
Ferrocarril Austral Fueguino
El "Tencito del Fin del Mundo"

Breve reseña:

 

La odisea vivida por la empresa Tranex Turismo para lograr la autorización de Parques Nacionales a fin ingresar con su "trencito del fin del mundo" al Parque Nacional Tierra del Fuego tiene ribetes poco conocidos y de características novelescas.

Desde el momento mismo en que la empresa solicitó el auxilio del Gobierno, el Infuetur realizó enérgicas gestiones a fin de destrabar las increíbles trabas y condiciones a las que fue inicialmente sometida.

La arbitrariedad que se estaba cometiendo transformó a este conflicto en un tema institucional y personal, que derivó en una serie de cruces en los medios públicos con el entonces Intendente del Parque Nacional Tierra del Fuego y a una verdadera batalla en el ámbito nacional, que localmente no llegó a trascender.

Una de las aristas más sórdidas de este conflicto fue un llamado anónimo, recibido por el Secretario de Política Externa Daniel Aguilera en Buenos Aires, en el cual le advertía que se debía abonar una suma de dinero para destrabar el trámite.

Esto derivó en un viaje urgente a Buenos Aires y la correspondiente denuncia en un Juzgado de la Capital, que hice en mi carácter de Presidente del Organismo de Turismo de la provincia

Un firme aliado en la resolución final del conflicto fue el propio Secretario de Turismo de la Nación, Francisco Mayorga, quien llegó incluso al Gabinete Nacional para gestionar una solución razonable y coherente de esta problemática.

Pero vale apuntar un hecho realmente tragicómico que describe acabadamente el nivel de irracionalidad que se estaba manejando.

En un tramo inicial de las gestiones, se le había autorizado a Tranex Turismo a tender las vías del trencito dentro del Parque hasta determinado punto.

Cumplimentados los requisitos y todo listo para el ingreso inaugural de la primera formación, Parque Nacionales le informó a la empresa que la autorización otorgada "sólo preveía el tendido de las vías pero NO que pudiera desplazarse un tren por las mismas..."

El tenor de estas y otras actitudes me llevaron a enérgicos reclamos, que llegaron incluso a la propia Ministra a cargo de la Administración de Parque Nacionales.

Se transcribe a continuación una nota suficientemente elocuente enviada a la Secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano, la Ing. María Julia Alsogaray, que le ocasionó un profundo enojo y la consecuente queja ante el Gobernador Estabillo (Concretamente, pidió mi cabeza, a lo que el gobernador no accedió).

 

Nota a la Secretaria de Recursos Naturales y  Ambiente Humano de la Nación

Nota N:  074 /95

Letra: IFTPRES

Ushuaia, 8 de Febrero de 1995

 

Señora Secretaria de

Recursos Naturales y Ambiente Humano

Ingeniera MARIA JULIA ALSOGARAY

S                           /                                 D

 

De mi consideración:

Como no escapará a su elevado criterio las dificultades económicas que enfrenta el país en su conjunto, demás está decir que esta Provincia no está en condiciones, ni el Poder Ejecutivo dispuesto a permitir que fracase ningún emprendimiento privado, y menos aún por lo que podría catalogarse como un cuestionable ejercicio de la autoridad.

En función de mis obligaciones y dado que frente a la historia no deseo ni estoy dispuesto a quedar como cómplice pasivo del penoso desenlace al que la Administración de Parques Nacionales estaría condenando a uno de los más pintorescos emprendimientos turísticos del país, me permito solicitarle que, cumplidos y satisfechos todos los recaudos técnicos en cuanto a seguridad e impacto ambiental por parte del Ferrocarril Austral Fueguino -como lo están-, la Administración de Parques Nacionales acompañe constructivamente el esfuerzo del sector oficial y privado de la Provincia, prescindiendo de actitudes que atenten contra un sano desarrollo de la actividad turística.

A fin de llamar a cada cosa por su nombre y evitar distorsiones en la línea que pudieran dejar desacomodadas a sus autoridades políticas, considero conveniente hacer un enérgico llamado de atención de algunas de las cláusulas cuestionadas, emergentes del modelo de contrato que la Administración de Parques Nacionales pretende imponer la empresa propietaria del Ferrocarril Austral Fueguino:

Cláusula cuadragésima segunda: "En caso de abandono de la explotación, la ADMINISTRACIÓN tendrá derecho a tomar inmediata posesión de la misma. Se considerará abandono cuando debiendo existir la prestación del PERMISIONARIO, el mismo no la cumpla por el término de cuarenta y ocho (48) horas consecutivas, sin causa justificada a satisfacción de la ADMINISTRACIÓN"

Cláusula decimoséptima: "El permisionario se compromete a que los pasajeros que ingresen a jurisdicción de la ADMINISTRACION, utilizando el servicio turístico ferroviario, deberán abandonar el área en el mismo medio, no admitiéndose la posibilidad de efectuar servicios combinados"

A propósito de estas notables cláusulas, ruego a Ud. me ayude a desentrañar:

1. Qué fundamentos técnico-científicos sustentan a estas (y otras) cláusulas desde el punto de vista de la protección ambiental y la conservación de la naturaleza?.

2. Qué instrumentos legales avalan que, una vez satisfechos todos los resguardos técnicos en cuanto a seguridad e impacto ambiental, las mencionadas cláusulas (y otras) impongan condiciones absolutamente reñidas con el sentido común y que colisionan groseramente con el notorio esfuerzo de las máximas autoridades nacionales y provinciales tendientes a afianzar las garantías jurídicas y el marco propicio con el objeto de atraer y promover la inversión privada?.

Sería prudente que eche un vistazo al resto del modelo de contrato, no sin antes tomar los recaudos necesarios para amortiguar la probable sensación de náuseas que seguramente provocará en alguien como Ud., que proviene de una familia precursora en el modelo económico liberal y perfectamente conocedora de la importancia de la inversión privada.

Me permito opinar que toda esta situación nace indudablemente en la poca fortuna o la inexperiencia de la empresa para acertar con las zonas erógenas de la difícil "fisiología burocrática" que desnudan los administradores del sistema de Parques Nacionales.

Pero al margen del hecho anecdótico producto del desconocimiento e ímpetu de la empresa por concretar un notable proyecto de cuatro millones de dólares, entiendo yo que las máximas autoridades políticas tienen la misión de diferenciar el árbol del bosque y priorizar el bien común por sobre las eventuales sensibilidades heridas.

Convengamos que existe una marcada incoherencia entre los tenaces esfuerzos de nuestro Presidente, del Ministro de Economía, así como el de todo el sector político y empresario progresista por mostrar al mundo que la Argentina es un país confiable, en el que existen garantías y estímulos para la inversión privada, cuando uno se encuentra ante tamaño antecedente, que difícilmente pueda exhibirse con orgullo...

Considero que este es un caso testigo en el cual la contienda no es precisamente la Administración versus una empresa, sino que es algo mucho más profundo. Es la inevitable lucha entre dos modelos que pugnan por su espacio: la Argentina olvidable versus la Argentina de la esperanza.

Sin más y quedando a la espera de un digno desenlace, hago propicia la oportunidad para enviarle mis atentos y cordiales saludos.-

Desenlace:

La historia tuvo un final feliz y a partir del difícil parto del Trencito del Fin del Mundo, la Administración de Parques Nacionales promueve la instalación de trenes turísticos dentro de las áreas protegidas.

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