

Entrevista FINNOVA Julio 2025
¿Cuáles son las principales barreras que enfrenta Tierra del Fuego para convertirse en una verdadera plataforma polar?
No puedo comenzar a responder sin primero subrayar enfáticamente que lo que consagra con máxima entidad el Tratado Antártico, del cual nuestro país fue muy influyente en su proceso de creación, es la CIENCIA y la COOPERACIÓN para la ciencia.
Ambos son los pilares esenciales que valora la comunidad antártica internacional y lo que más redito económico y político dejan a un país y en especial, a sus puertas de entrada.
Y luego están las actividades permitidas, entre ellas el turismo, con una jerarquía absolutamente menor, tanto en lo económico como en lo geopolítico.
Nosotros logramos captar más del 90% del turismo mundial de cruceros, pero prácticamente NADA de lo que más reditúa, que es prestar apoyo logístico a programas internacionales que hacen investigación científica en el continente blanco.
En tal contexto, podemos distinguir claramente dos factores que gravitan para que Ushuaia, el punto geográfico más privilegiado del planeta de proyección antártica, paradójicamente sea el menos desarrollado:
Uno es de orden nacional y otro de orden local.
De orden nacional, la gran diferencia de la Argentina con otros países circumpolares, en especial, Nueva Zelanda, Australia y Chile, es que sus gobiernos han tomado la decisión estratégica de basar sus principales actividades antárticas en sus “puertas de entrada”, es decir en Christchurch, Hobart y Punta Arenas.
Como también, y no es un dato menor, han considerado estratégico alentar en sus puertas de entrada el accionar civil, con gran participación y especialización del sector privado, obviamente privilegiando un enfoque científico, académico y de servicios, en línea con las tendencias de vanguardia del Sistema del Tratado Antártico.
Muy por el contrario, en función de la doctrina emanada de la Ley nacional 18513/69 “de la Revolución Argentina”, aún vigente, nuestro país se mantiene firme en una concepción centralista y castrense.
De hecho, ninguna de las gestiones encaradas desde la provincialización en1992 han logrado que se modifique tal criterio, negándole sistemáticamente a Ushuaia la posibilidad de desarrollar sus indiscutibles ventajas comparativas para consolidarse como una de las principales plataformas operativas, logísticas, científicas de naturaleza civil de proyección polar. Sólo se ha logrado un liderazgo desde fines de los años 90 en el segmento de cruceros antárticos del rubro Turismo, pero por gestión pura y exclusivamente provincial.
Lo más sintomático para poner de ejemplo, es que mediante el Decreto 2645/14, el Ministerio de Defensa ha decidido despojar y militarizar el componente logístico del proyecto fundacional de la provincia Área Antártica Internacional de Ushuaia de 1993, desconociendo todos los antecedentes, leyes, documentos, planes estratégicos y acuerdos suscriptos por la provincia con autoridades nacionales.
Y ya bajando al orden provincial, hay que sumarle inconsistencias y desenfoques locales, por llamarlo de algún modo, que en las últimas décadas tampoco han favorecido la visión ni la determinación necesarias para transformar las extraordinarias ventajas comparativas en fortalezas competitivas.
Por qué Ushuaia tiene, objetivamente, una de las mejores condiciones del mundo para proyectarse hacia la Antártida?
Para responder a esta pregunta, primero debemos visualizar cuáles son las actividades e intereses de la humanidad en el continente antártico, luego enfocarnos en dónde estamos situados en relación a tan estratégico espacio y fundamentalmente, qué ventajas comparativas disponemos para capitalizar y usufructuar tales actividades
Sólo un dato para tomar dimensión: Si uno le pregunta a la IA nos va a decir que, además de los 193 países reconocidos por la ONU, existen más de un millón de pueblos y ciudades a lo largo del planeta
Pero de esa exorbitante cantidad, sólo cinco (5) ciudades tienen la extraordinaria ventaja, por el momento, de ser consideradas “puertas de entrada” a la Antártida.
Y de esas cinco, la nuestra es la más privilegiada, no sólo por distancia, sino por condiciones naturales y por estar frente al sector antártico con mayor actividad internacional,
Pero como mencioné, desafortunadamente, salvo en turismo de cruceros, es la menos desarrollada
Hay que destacar que una de las consignas fundacionales de la naciente provincia se basó en consolidar a Tierra del Fuego como “la conexión óptima entre la Antártida y el mundo”, premisa que nació con los albores de la flamante jurisdicción en 1992 y se oficializó mediante Ley Provincial 640 en 2004.
Y aquí es absolutamente relevante señalar la ABISMAL diferencia de conceptos entre “puerta de entrada más cercana” y “conexión óptima”
Ser geográficamente la puerta de entrada “más cercana” no implica por sí mismo ningún mérito de nuestra comunidad, ya que en todo caso es un mero capricho geológico, devenido de la deriva de las placas tectónicas luego de la fractura de Gondwana, que decidió estacionar al emplazamiento donde se estableció Ushuaia a sólo 1000 km de la Antártida, un poco más cerca que a otras ciudades circumpolares.
Pero desarrollarse y consolidarse como “conexión óptima” constituye un concepto total y absolutamente diferente, ya que implica “visión, inteligencia, organización y determinación” por parte de nuestra comunidad, con el objeto de aprovechar esas extraordinarias “ventajas comparativas” que la naturaleza concedió, para transformarlas en “fortalezas competitivas”
Y recalco también la “condición privilegiada”, no sólo por cuestión de -cercanía-, sino porque además, ese mismo capricho geológico tuvo la “gentileza” de concedernos un puerto natural protegido de aguas profundas, así como una península con espacio apto para desarrollar un aeropuerto internacional donde operan las aeronaves más grandes del mundo. Y con un poco de visión de vanguardia y sensatez, la posibilidad de transformarla una plataforma de proyección antártica imbatible.
Demasiadas ventajas comparativas para un desaprovechamiento tan incomprensible, que nos relega a una participación absolutamente irrelevante y deslucido en el escenario antártico internacional.
Con rigor de objetividad, en este punto no puede dejar de mencionarse que los 24 programas antárticos internacionales que operan en nuestro cuadrante lo hacen desde Chile.
Por Ushuaia sólo recalan en forma esporádica algunos buques polares, o se registran algunas operaciones aéreas. Pero el grueso de lo que realmente importa y valora el Tratado Antártico, que es la ciencia y la cooperación para la ciencia, tiene como base de operaciones, soporte logístico y puerto hogar a Punta Arenas, con link aéreo al aeródromo Marsh de la Base Frei Montalva, también de Chile.
Por acción u omisión, tenemos que asumir que hemos resignado deliberadamente un protagonismo que debería ser proporcional al potencial de Ushuaia y lamentablemente no lo es.
Y asimismo, hemos desestimado toda acción programática tendiente a un adecuado posicionamiento y captación de programas científicos, académicos, logísticos, que son los más ponderados por la comunidad antártica internacional y los más redituables en términos económicos y geopolíticos. Y que, con mucha consistencia, lo acaparó Chile para Punta Arenas.
En este orden de ideas y frente al desafío que se nos presenta de fortalecer y consolidar la matriz socioeconómica de Tierra del Fuego, es fundamental retomar los ejes profundos de la etapa fundacional de la provincia, concebidos para poner en valor, usufructuar y capitalizar el extraordinario potencial circumpolar de Tierra del Fuego.
¿Qué significa hablar de “competitividad antártica”? ¿Cuáles son los factores que definen qué ciudades o países logran tener protagonismo en la región?
Ser competitivo, bajo el concepto de “conexión óptima” con la Antártida, implica hacer rigurosa sintonía fina con el espíritu, la letra, los criterios de vanguardia y la lógica más evolucionada que impera en el Sistema del Tratado Antártico.
Implica entender y atender al criterio rector de COOPERACIÓN que consagra el Sistema del Tratado Antártico
Y para ello, tal como se comprometió oficialmente nuestro país con las autoridades del Año Polar Internacional 2007-2008 mediante ID 422 y que finalmente no cumplió, ser competitivo significa avanzar en el desarrollo del proyecto provincial Área Antártica Internacional de Ushuaia como plataforma operativa, logística, científica y académica de naturaleza civil, en línea con los criterios más evolucionados que imperan en el Sistema del Tratado Antártico.
Y obviamente implica ofrecer un conjunto de bienes y servicios altamente especializados, insisto, de naturaleza civil, como lo hacen los países más exitosos, con el objeto de cooperar con la facilitación y accesibilidad que procura el Tratado Antártico para favorecer la investigación científica, así como para asistir eficientemente a todas las actividades permitidas en el área del Tratado.
¿Qué ciudades se han posicionado estratégicamente en relación a la Antártida, y cómo lo han logrado?
Principalmente Christchurch en la isla sur de Nueva Zelanda, Hobart, la capital de la isla de Tasmania en Australia. Y en nuestro cuadrante, la ciudad de Punta Arenas, aunque ahora Chole también está potenciando a Puerto Williams.
Y como mencioné al principio, las ciudades que ya están posicionadas y las que están en camino, son las que han contado y cuentan con la decisión estratégica de sus gobiernos centrales de apoyarlas, potenciarlas y consolidarlas como eficientes plataformas logísticas de naturaleza civil para la actividad antártica internacional. Y no de relegarlas o militarizar su componente logístico, como en nuestro caso.
¿Qué impacto concreto podría tener un mejor posicionamiento antártico en la economía local?
Para responder a esto es preciso tomar referencias de otras puertas de entrada
En ese sentido, con actividad internacional significativamente menor en su cuadrante, Christchurch informa ingresos por actividad antártica de cerca de 80 millones de dólares y Hobart algo similar.
Desconozco los números de Chile, pero es fácil deducir que el manejo de los 24 programas internacionales que operan desde Punta Arenas en nuestro cuadrante antártico, deben dejar un redito más que interesante
Con esa base y siguiendo una secuencia lógica, es fácil visualizar que, con una adecuada puesta en valor de nuestro extraordinario potencial circumpolar, Tierra del Fuego podría tener importantes beneficios, que hoy no tiene.
Hay que tener en cuenta que en la actualidad son 58 los países que integran el Sistema del Tratado Antártico
De esos, 29 son Consultivos, es decir que hacen ciencia en la Antártida y por ende tienen un estatus superior dentro del Sistema
Y otros 29 países que para “ascender” al estatus de Consultivos, es decir, jugar en Primera, según al Art IX.2 deben hacer investigación científica importante
Ahí surgen nichos muy interesantes para abordar.
Incluso, hasta pensando en un esquema de complementación estratégica con Chile, ya que con criterios avanzados del Siglo XXI y no arcaicos de mitad del Siglo XX, hay mercado de sobra para ambos.
¿Qué actores deberían involucrarse para que Tierra del Fuego pueda dar un salto cualitativo en este campo? ¿Qué rol cumplen la educación, la ciencia, la logística y el Estado en esta agenda?
Es una pregunta muy importante.
Primero debería darse una profunda reingeniería conceptual, tanto del Estado como del sector privado local, para abordar iniciativas disruptivas, reemplazar paradigmas obsoletos e improductivos por criterios de vanguardia y asumir una potente “identidad circumpolar” basado en nuestra condición bicontinental.
Una “identidad circumpolar” implica el grado de conocimiento, identificación, compromiso y especialización de la comunidad fueguina, para situarse, intervenir y usufructuar convenientemente las extraordinarias oportunidades que se dan en nuestro espacio de influencia en el escenario Atlántico Sur - Antártida.
Esto implica conocer en profundidad, involucrarse en forma activa y manejar adecuadamente las tendencias de avanzada de la comunidad antártica internacional, con el objeto de desarrollar una conveniente respuesta competitiva, que nos permita alcanzar un posicionamiento y una gravitación deseada en el escenario antártico global.
Y en este orden de ideas, la educación es una base primordial, por lo que es preciso corregir urgentemente la gravísima omisión del tema Antártida en los diseños curriculares.
Pregunten a cualquiera que haya hecho todo su trayecto educativo básico en Tierra del Fuego qué vio de Antártida y la respuesta me exime de mayores comentarios. Nada… o a lo sumo muy ocasionalmente.
Probablemente esta omisión, indiferencia o desinterés general puede encontrar alguna explicación en el singular proceso poblacional de Tierra del Fuego, formado con sucesivas oleadas de ciudadanos llegadas de otras latitudes, que obviamente traen sus propias culturas, cosmovisiones, prioridades e intereses, sin ningún vínculo de identificación, pertenencia e interés por temas antárticos.
Y ese desinterés de base obviamente se proyecta a los más altos cargos ejecutivos y legislativos, donde, a pesar de ser elegidos como funcionarios de una provincia “antártica”, muy pocos conocen siquiera los primeros 4 artículos del Tratado Antártico, que son absolutamente vitales…
Es por esa razón que para la construcción de un futuro, como propone Finnova, es fundamental que las nuevas generaciones, herederas de nuestros desaciertos, jubilen las declamaciones altisonantes y el discurso estéril, para impulsar con mucha energía y determinación, diseños estratégicos capaces de liberar todo el potencial circumpolar de Tierra del Fuego
¿Por qué hoy es clave que Argentina repiense el rol de Tierra del Fuego en relación con la Antártida? ¿Qué está en juego en este momento del siglo XXI?
La Antártida constituye seguramente uno de los desafíos más complejos que enfrenta la República Argentina en relación a su integración territorial y simultáneamente, una oportunidad extraordinaria en el corto y mediano plazo para consolidar una plataforma de sustentación socioeconómica para la comunidad fueguina, a partir de un inteligente aprovechamiento del notable crecimiento de las permitidas en el continente blanco.
A excepción de Malvinas e islas del Atlántico Sur, que tienen una situación fáctica totalmente diferente, no existe otro espacio territorial sujeto a reclamo por parte de nuestro país tan valioso en términos absolutos y relativos.
Es por eso que, en nuestra condición bicontinental y a partir de la privilegiada posición relativa con el continente antártico, entendemos que sería un gran salto evolutivo si el Estado nacional reviese su posición histórica y se decida a potenciar a Ushuaia con criterios de vanguardia dentro del concepto “soft power”, estimulando y acompañando las tareas de captación de actividades científicas, académicas y de servicios de orden civil, capaces de contribuir al prestigio, predicamento, influencia y liderazgo de la República Argentina en el escenario antártico internacional.
En este contexto, la Argentina debería analizar profundamente las decisiones que se están tomando, para ver si realmente la doctrina de la Ley 18.513 de la “Revolución Argentina” es funcional al mejor posicionamiento de Tierra del Fuego y del país, fundamentalmente de cara a los desafíos que están a la vista con posibles instancias de revisión del Tratado Antártico en 2048 en ocasión del vencimiento del llamado “Protocolo de Madrid”.
La Antártida es un gigantesco laboratorio natural del planeta que concentra una intensiva actividad científica internacional, ya que cualquier desequilibrio significativo en su singular ecosistema podría derivar en severas consecuencias ambientales a nivel global
Pero no hay que perder de vista que detrás de las lógicas preocupaciones ambientales, la comunidad mundial, en especial las grandes potencias, tienen fuertes intereses estratégicos y económicos. Y lo que único que por el momento frena la ambición por explotar sus recursos se debe a la vigencia del Tratado Antártico.
Pero en el horizonte surgen grandes interrogantes, como ¿qué futuro tiene el Tratado? Cómo se resolverá el hecho que hay siete países que reclamamos soberanía de los cuales 3 superponemos nuestros reclamos: Argentina, Chile y el Reino Unido. Pero una abrumadora mayoría no reconoce ninguno de tales reclamos. Y ¿quiénes tendrán jurisdicción o acceso sus recursos en un futuro? Por citar un ejemplo, Estados Unidos no reclama ningún sector, pero se reserva el derecho de intervenir en cualquier parte cuando así lo considere. ¿Cómo se resolverá entonces tan compleja situación?
La respuesta es incierta y constituye un gran desafío para nuestra provincia y para nuestro país.
Lo único que no hay que perder de vista y no dejarse confundir por intereses corporativos, es que la única opción que tenemos, la más virtuosa, más conveniente y sobre todo: la única que tenemos a nuestro alcance como país, no es otra que la vía diplomática, al amparo del Artículo IV del Tratado.
¿O alguien alucina que tendremos alguna chance de hacer valer nuestros reclamos por la vía de las armas?
Por tal razón es que la opción diplomática nos obliga a desarrollar acciones que generen prestigio, predicamento, influencia, liderazgo, como condiciones básicas para abordar instancias decisivas con una sólida plataforma de negociación.
Volviendo a la pregunta anterior, la educación, el apoyo a la actividad científica nacional e internacional, el desarrollo de una prestigiosa oferta académica de proyección global, la consolidación de una eficiente plataforma la logística de naturaleza civil y una indispensable reingeniería conceptual, administrativa y operativa, tanto por parte del Estado provincial como de la actividad privada, son factores indispensables para lograr el posicionamiento antártico que nunca debimos resignar.
DL-JUL2025